El estilo industrial es una propuesta sencilla, muy personal y práctica que siempre estará vigente. Vale casi todo y casi todos los materiales usados comúnmente en la construcción; ladrillos, hormigón, cemento, madera, cristal, hierro y otros metales, además de muebles usados y hasta objetos decorativos desgastados o reciclados, que se pueden integrar en espacios preferiblemente amplios y con techos altos.